SOMBRAS DE LA TARDE

Las luces del otoño,
como las de la tarde,
alargan nuestras sombras.
Nos menguan, nos encogen,
convierten en siluetas
grises y enflaquecidas
nuestra materia propia.
Nos desvanecen.

Unas sombras que, a veces,
se extienden infinitas,
se agrandan, progresan
y hasta nos adelantan.
Y acaban por cubrirnos
taparnos, ocultarnos.
Ensombrecen el ser.
Nos devoran.

(2014)
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2 respuestas a SOMBRAS DE LA TARDE

  1. Maria Del Carmen García Pazos dijo:

    ¡Qué bonito!!.

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