Redonda, delicada y compacta, de manos fuertes y de frágil tacto, humilde en el aroma, sin colorido apenas, a veces, muriendo, silenciosa, sin abrir los párpados siquiera. Pero qué hermosa, que bella, cuando abre, en mi patio, en febrero, la camelia. (Febrero 2010)

Camelia
Discreta, muy discreta. Sencilla, muy sencilla. Y un poco triste. Así es la camelia. (verano 2012)